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Criticidad y solidaridad bien informada; fundamentos de la educación ciudadana

domingo, septiembre 03, 2017 | Por: Martín López Calva

“…La “persona completa” del mañana no podrá ser “completa” sin una conciencia instruida de la sociedad y de la cultura, con la que contribuir generosamente en el mundo tal cual es. La “persona completa” del mañana debe tener, por resumirlo, una solidaridad bien informada…”

Peter Hans Kolvenbach S.J. [1]

En los tiempos que corren se habla de manera continua de la participación ciudadana y del papel de la sociedad civil prácticamente como de la solución mágica a todos los problemas del país.

Existen ejemplos recientes que confirman que en efecto, cuando la sociedad civil organizada se moviliza en torno a una causa común se puede presionar a los gobernantes y a los poderes fácticos para lograr transformaciones en temas relevantes que afectan la vida de los ciudadanos.

Sin embargo también es evidente que existen grupos sociales que se mueven por intereses particulares más que por la búsqueda de beneficio social y que hay movimientos sociales que se generan a partir de visiones sesgadas y poco informadas de la realidad, aunque aparenten estar motivadas por una visión crítica.

La rápida explosión de las redes sociales ha potenciado esta capacidad de movilización colectiva y en los tiempos recientes hemos visto ejemplos notables de crecimiento de protestas sociales como la llamada “primavera del medio oriente”, el movimiento de los indignados en España (15M) o en Estados Unidos (Occupy Wall Street) a nivel internacional y el emblemático #yosoy132 en México.

Esta amplificación de la movilización y la protesta sociales ha funcionado como un amplificador que hace más visibles tanto las fortalezas como las debilidades y sesgos de este tipo de manifestaciones colectivas.

Para quienes trabajamos en el ámbito de la educación, esta nueva realidad es un llamado para trabajar con mayor seriedad, profesionalismo, pertinencia y eficacia en la formación ciudadana de los niños y jóvenes que en pocos años serán los miembros de esta sociedad civil que es un agente fundamental sin el cual resulta ya impensable el desarrollo del país.

En este contexto resulta indispensable que la educación ciudadana se sustente en dos pilares básicos sin los cuales la movilización social puede ser presa de manipulación de líderes o grupos interesados en presionar al gobierno para obtener privilegios y espacios de poder o bien responder a buenas intenciones que apunten a objetivos inviables o a causas que no resuelvan realmente los problemas por falta de sustento en la realidad.

Estos dos pilares básicos son: la criticidad auténtica y la solidaridad bien informada.

Porque no hay posibilidades de movilización social fructífera y eficaz si no se parte de un ejercicio auténtico de la criticidad, entendida no como el estar siempre y ciegamente del lado de lo que se considera “crítico” o “progresista” o “popular” sino como el esforzarse permanentemente por la adquisición de información suficiente y relevante, la comprensión adecuada e inteligente y la búsqueda de pruebas y evidencias que respondan a la pregunta: ¿Qué es lo que verdaderamente sucede en este caso?

Del mismo modo, resulta imposible promover acciones sociales efectivas que apunten hacia la justicia y la democracia si se asume una solidaridad meramente emocional con quienes se considera a priori que son víctimas de situaciones o acciones de la autoridad o del mal funcionamiento de la estructura social. La verdadera solidaridad es la solidaridad que se sustenta en buena información sobre los problemas para formarse una idea adecuada y un juicio lo más certero posible de las situaciones en las que se quiere incidir. La solidaridad eficaz es la solidaridad bien informada.

Estos dos pilares están íntimamente relacionados. No puede haber construcción de una solidaridad bien informada sin una criticidad auténtica así como no puede haber criticidad auténtica sin solidaridad bien informada. Sobre estos dos fundamentos se debe construir la formación ciudadana en nuestro cambio de época.

Formar personas completas es el desafío, personas con una conciencia instruida de la sociedad y la cultura que les sirva para contribuir a intervenir en el mundo tal como es. Ciudadanos críticos y solidarios que trasciendan la protesta visceral que hoy inunda las redes sociales y las plazas públicas.

[1] Conferencia: El servicio de la fe y la promoción de la justicia en la educación universitaria de la Compañía de Jesús de Estados Unidos. En la universidad de Santa Clara, California. 6 de Octubre de 2000.

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