Publicada en tiempos de tempestad, no sólo por la crisis sanitaria que conlleva la irrupción de la pandemia de Covid-19, sino también por la crisis antropológica de sentido que subyace a nuestra actual sociedad de  consumo y su fuerte tendencia a una cultura del descarte, la Fratelli Tutti es una encíclica en la que s.s. Francisco nos invita a todos, cristianos o no, a vivir en fraternidad. Se trata de reinventar nuestra forma de vivir en sociedad; nuestra forma de relacionarnos y de interactuar a fin de combatir todas aquellas tendencias individualistas —de carácter siempre destructivas— que son promovidas por el consumismo exacerbado y la indiferencia ante el dolor ajeno. Hablamos de “tendencia” y no de un sinsentido pesimista radical justo porque creemos, junto con s.s. Francisco, que a esta lógica hiperindividualista del mercado se le puede oponer una lógica de la alteridad que parta del reconocimiento de la dignidad constitutiva de cada persona y una comprensión de la comunidad centrada en la vivencia profunda del amor tal y como se puede apreciar en el siguiente pasaje de la Fratelli Tutti:
El individualismo consumista provoca mucho atropello. Los demás se convierten en meros obstáculos para la propia tranquilidad placentera. Entonces se los termina tratando como molestias y la agresividad crece. Esto se acentúa y llega a niveles exasperantes en épocas de crisis, en situaciones catastróficas, en momentos difíciles donde sale a plena luz el espíritu del sálvese quien pueda. Sin embargo, todavía es posible optar por el cultivo de la amabilidad. Hay personas que lo hacen y se convierten en estrellas en medio de la oscuridad.